La noche de los pies desnudos
Me piden desvestirme "completamente", que me recueste y espere, hay movimiento, no se la hora, he perdido la nocion del tiempo, oigo muchas voces, gritos, lamentos, hay quienes piden ayuda (los menos), casi todos estan encimismados, en sus dolores en sus lamentos, las cortinas estan corridas, cortinas limpias, pero viejas, roidas por el uso y el tiempo, se e ven las marcas del tiempo, que si pudieran hablar, quien sabe que historia me contarian, estoy recostado en un colchon ligero, supongo muy usado, alcanzo a sentir la plancha de la cama metalica, no me pasa el frio, pero si su dureza, solo veo pies y piernas desnudas, alguna inertes, otras con espasmos, otras inquitas, moviendose con la idea de buscar el piso y salirse de ahi, todo tipo de pies, maltratados, delgados, grandes, pequeños, pies que no estan habituados a estar en esa posicion, se les ve desorientados, quiza se ven algunas piernas, casi todas delgadas, de todas las tonalidades, morenas, claras, amarillas, hasta blancas, un blanco sin...
Veo hombres y mujeres ir de un lado a otro, caminar rapido, pero no alocadamente, con pasos firmes, seguros de lo que hacen, en muchas ocasiones se reunen, cavildean sus ideas, y en instantes salen en direcciones opuestas o se hacen acompañar, solo por algunos instantes, pequeños instantes, se les ve joviales, hasta pareciera que estan fuera de lugar, pero luego de ver esos movimientos, lo entiendes, entiendes que sin esos microinstantes, estarian a un paso de la locura.
Los lamentos no cesan, las llegadas no se detienen, ocasionalmente se acercan a mi, me preguntan mi estado, me piden calma, en medio de ese caos, veo que no me han olvidado, solo me han puesto en lugares abajo de su lista de prioridades, y lo entiendo, mi dolor es fuerte, intenso, a veces insoportable, no me puedo recostar, tengo que estar de costado, y ese costado se cansa (ahora comprendo lo que es llevar un sobrepeso), pero lo tolero lo mejor que puedo.
No se que me angustia mas, no saber que haran para calmar mi dolor, la ignorancia en la que estan mi personas queridas, o el dolor que veo, en los pies que alcanzo a ver y oir sus lamenos, vers sus espasmos, como se contraen, al llegar al climax de su dolor...
Pasan el tiempo, no se cuanto, en este lugar cerrado, donde los olores se confunden, alcohol, medicinas, unguentos, sudor, transpiración, sabanas limpias, lleso, sangre, todo esto te confunde, te introduce en un limbo, en donde pierdes la noción, me inyectan algo en mi solución y esta me relaja, me atonta, pero me permite continuar conciente, soy llevado con mi bata, una bata que es un insulto a las buenas maneras de vestir, ligera, casi transparente, cubre el frente totalmente, hasta arriba de mis rodillas, pero mi espalda es descubierta, es exibida, es, vergonzoso, pero es mas mi dolor, me colocan de frente a una maquina que parece acercarse, colocarse, centrarme y, dispara, seco, sordo, pero ya, termino, me regresan en la misma camilla, mirando al cielo, quien conduce, para no darse cuenta que cada salto, es uno de dolor, pero a el solo le importa dejarme en el lugar de donde me tomo, veo pies desnudos nuevos, otros se han ido, parece que sus dolores los abandonaron y tuvieron la suerte de alejarse, los mios, se quedan, continuan en la espera...
Veo hombres y mujeres ir de un lado a otro, caminar rapido, pero no alocadamente, con pasos firmes, seguros de lo que hacen, en muchas ocasiones se reunen, cavildean sus ideas, y en instantes salen en direcciones opuestas o se hacen acompañar, solo por algunos instantes, pequeños instantes, se les ve joviales, hasta pareciera que estan fuera de lugar, pero luego de ver esos movimientos, lo entiendes, entiendes que sin esos microinstantes, estarian a un paso de la locura.
Los lamentos no cesan, las llegadas no se detienen, ocasionalmente se acercan a mi, me preguntan mi estado, me piden calma, en medio de ese caos, veo que no me han olvidado, solo me han puesto en lugares abajo de su lista de prioridades, y lo entiendo, mi dolor es fuerte, intenso, a veces insoportable, no me puedo recostar, tengo que estar de costado, y ese costado se cansa (ahora comprendo lo que es llevar un sobrepeso), pero lo tolero lo mejor que puedo.
No se que me angustia mas, no saber que haran para calmar mi dolor, la ignorancia en la que estan mi personas queridas, o el dolor que veo, en los pies que alcanzo a ver y oir sus lamenos, vers sus espasmos, como se contraen, al llegar al climax de su dolor...
Pasan el tiempo, no se cuanto, en este lugar cerrado, donde los olores se confunden, alcohol, medicinas, unguentos, sudor, transpiración, sabanas limpias, lleso, sangre, todo esto te confunde, te introduce en un limbo, en donde pierdes la noción, me inyectan algo en mi solución y esta me relaja, me atonta, pero me permite continuar conciente, soy llevado con mi bata, una bata que es un insulto a las buenas maneras de vestir, ligera, casi transparente, cubre el frente totalmente, hasta arriba de mis rodillas, pero mi espalda es descubierta, es exibida, es, vergonzoso, pero es mas mi dolor, me colocan de frente a una maquina que parece acercarse, colocarse, centrarme y, dispara, seco, sordo, pero ya, termino, me regresan en la misma camilla, mirando al cielo, quien conduce, para no darse cuenta que cada salto, es uno de dolor, pero a el solo le importa dejarme en el lugar de donde me tomo, veo pies desnudos nuevos, otros se han ido, parece que sus dolores los abandonaron y tuvieron la suerte de alejarse, los mios, se quedan, continuan en la espera...
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